sábado, 26 de mayo de 2012

The Soft Machine / W. Burroughs



Hasta el momento, la práctica totalidad de las imágenes y sonidos de la obra de Mind Revolution han surgido de las lecturas y las conversaciones que, sobre las mismas, han mantenido los miembros del colectivo. El presente artículo es fruto de las reflexiones producidas en nuestro debate en torno a la obra de Burroughs
A lo largo de mi vida me he encontrado con un gran número de obras literarias que desafiaban los cánones establecidos del discurso narrativo habitual, pero de todas ellas hay cuatro que, de una u otra forma, ejercieron un influjo mágico: Ulyses, The Sound and the Fury,  The Soft Machine y Finnegans Wake (aunque esta última la situaría en un nivel diferente).

Son obras cuya lectura no es fácil y que requieren de un lector tremendamente activo y que comparta ciertos conocimientos previos. De todas formas, y a pesar de su dificultad, encuentro en ellas un atractivo irrefrenable que en los últimos tiempos se va acrecentando, lo que me está llevando a relecturas de ciertos fragmentos o, en el caso de The Soft Machine, a una relectura completa.
La consecuencia de todo esto es que veo en estas novelas una vigencia como nunca antes había visto. Hasta ahora se mantenían como monumentos literarios, frutos lógicos de unos tiempos determinados en que fueron publicadas. Alguna de ellas incluso fue prohibida. Sin embargo, nos ofrecen algo completamente diferente: la capacidad para hacernos imaginar y crear en nuestra mente nuevos fragmentos de realidad, nuevas imágenes que nunca antes habían existido hasta que fueron verbalizadas por sus autores. En resumen, nos ofrecen una nueva forma de ver el mundo.En estos momentos somos muchos los que pensamos que el mundo, tal y como hasta ahora lo habíamos conocido, ha desaparecido víctima de los tecnócratas y de una sociedad ávida de avaricia y egoísmo que dejó el poder en manos de los números,  despreciando las palabras y las ideas, los principios.No tengo ninguna duda de que la solución puede volver de la mano de la literatura, del mundo de la cultura y de las ideas, del poder de imaginar nuevos escenarios y nuevas posibilidades. Al fin y al cabo, para que algo sucede lo primero que tenemos que hacer es imaginarlo. Creo que el deber del artista es seguir a la búsqueda de palabras, imágenes y sonidos que establezcan nuevas relaciones con un entorno que vuelva a ser digno para todos, sin excepción. La literatura puede ser un buen punto de partida. Las demás artes deben de seguir ese camino.


William Burroughs, La máquina blanda
William Faulkner, El ruido y la furia
James Joyce, Ulises

1 comentario:

X-C dijo...

Tu pensamiento me parece tan bello como ingenuo, hermano (de libros) Ya no hay un segundo, todo se limita a un me gusta o como decía la vomitiva canción tener más de un millón de amigos (aunque no conozcas a ninguno) La perdida de la educación de las clases proletarias, significa el fin de la esperanza, la edad de oro, donde sólo seremos carne para los monstruos. Al abandonar las escuelas en manos de la concertada, solo crearemos siervos (de dios o de quien haga falta) Mientras tanto la demoledora tarea de la televisión y el fútbol como armas de destrucción masiva, mediante la alienación, sigue imparable. Ante el soy lo que pienso (cogito ergo sum) pasamos al soy lo que compro, una manera más de negar el valor de los que no tenemos dineros y afirmar su superioridad moral e intelectual ya que ellos si lo tienen. Ya lo dijo Berlusconi parafraseando al revés: He tenido un sueño.