jueves, 17 de septiembre de 2020

V. by Thomas Pynchon






































Thomas Pynchon es un escritor controvertido. Sus obras son merecedoras de las mayores alabanzas, pero también de los mayores desdenes. Por una parte, están los lectores que ven su producción literaria como un enorme lío, una gran amalgama de historias y personajes. Sin embargo, para un amplio grupo de seguidores es uno de los principales renovadores de la novela norteamericana y un personaje de culto al que se le dedican multitud de charlas, libros, páginas web…

 

Para comprender V. hemos de ir a principios de siglo XX. Al año 1900 y a La interpretación de los sueños de Freud. A 1918 y la publicación de The Education of Henry Adams. A 1920 y a las teorías surrealistas. A 1929, año mágico del modernismo en que se publican Tractatus Logicus-Philosoficus, Ulysses y The Waste Land. Si a ello añadimos las nuevas teorías científicas surgidas en la primera mitad del siglo XX, el resultado es V. una novela postmodernista que surge de estrategias modernistas.

 

El hilo argumental es sencillo. La búsqueda de V. en la que están involucrados Stencil y Profane. En principio un argumento sencillo, pero presentado por medio de una estructura de gran complejidad: niveles narrativos entrelazados, personajes que hablan de sí mismos en tercera persona, historia que se mezcla con ficción, punto de vista del narrador que se difumina con el de los personajes o la misma V., una mujer que nunca aparece definida y que nunca sabremos si hemos encontrado o no. Ya no estamos ante la realidad del humanismo. Nuestra realidad es la del siglo XX, la de Freud y el surrealismo, una realidad que no solo abarca lo tangible sino también las ideas y los sueños. Una realidad en la que todo es posible.

 

Muchos críticos y lectores no olvidan la formación científica de Pynchon y creen que V. supone una especie de anticipación, en forma de literatura, a las teorías del caos. Es por eso por lo que buscar el orden al caos de V. y encontrarlo significa acceder a una nueva forma de arte literario hasta entonces nunca visto. Pero esta no es tarea fácil y sobre todo se necesita un lector activo que realmente “desee” penetrar en las entrañas de la novela, que esté dispuesto a dedicarle tiempo, a buscar relaciones e interconexiones y por qué no, a leer V. con una guía de lectura. 

 

El arte surgido a partir del siglo XX no siempre es fácil. Cuando vamos a un museo de arte contemporáneo muchas veces necesitamos una explicación, algo que nos introduzca en el cuadro, en la performance, en la obra visual o musical y nos haga comprenderla en toda su magnitud. ¿Por qué no se suele hacer esto con la literatura? ¿Por qué pensamos que necesitamos ayuda para entender un cuadro, pero no para leer un libro? ¿Qué hay de malo en utilizar un guía para leer V.? 

Pynchon, más que un escritor, es un artista. Un narrador que escribe novelas “de autor” al igual que Lynch o Bergman filman películas “de autor”. V. es más que una novela, es una obra de arte del siglo XX y, como muchas otras, también necesita una explicación.

2 comentarios:

Turno Sa dijo...

¿Cada lector hace un mapa?

Anónimo dijo...

No, no necesariamente. Yo lo estoy leyendo por segunda vez (luego de unos diez años aprox.) y no me puse a anotar nada. Es cuestión de disfrutar la lectura, de entrar "en la Zona", nada más. Hay muchos estudios y sí podes tomar nota, pero para mí no es la idea de leer una novela posmoderna.