domingo, 16 de junio de 2024

Nuevo periodismo


Cada cierto tiempo ocurre un hecho que, a pesar de su aparente insignificancia, logra cambiar la historia de la literatura. Uno de ellos sucedió el 16 de noviembre de 1959. Ese día, Truman Capote abrió The New York Times y en su página 39 encontró la noticia que contaba el asesinato de la familia Clutter. Seis años después se publicaría A sangre fría, libro que muchos marcan como el inicio del nuevo periodismo o de la ficción novelada.

Los antecedentes hay que buscarlos en la aparición de la televisión y su popularización en los años 50 del siglo XX, lo que supuso una auténtica revolución en la manera de difundir las noticias así como la aparición de  un consumidor más exigente que no solo buscaba los hechos, sino también algo más que los medios de prensa escrita de la época no eran capaces de ofrecer. El nuevo periodismo aportó elementos novedosos en la redacción de noticias como la profundidad psicológica de los personajes, la inmersión del propio autor/redactor en los hechos o la introducción de técnicas propias de la literatura.

De todas maneras, las cosas no suceden por casualidad y lo que ocurrió el 16 de noviembre no fue una mera cuestión de suerte. Gerald Clarke nos cuenta en su biografía sobre Truman que Capote ya estaba buscando un cambio en su forma de narrar y compara ese momento con unas palabras de Henry James en las que dice que las cosas no suceden por suerte, sino que son el resultado de estar alerta para reconocerlas. 

La relación de Capote con el periodismo ya había comenzado años atrás y no está mal recordar su relato The Muses Are Heard, en el que cuenta las peripecias de una compañía de ópera americana en Rusia o la entrevista que le realizó a Marlon Brando titulada El duque en sus dominios

El trabajo de Truman Capote abrió las puertas a una nueva forma de contar las noticias y de ficcionar los hechos reales, abriendo el camino a autores como Tom Wolfe, Norman Mailer o Hunter S. Thompson.  

Hay quien culpa a Capote de haberse apropiado de la creación del nuevo género que él mismo denominó "nonfiction novel". Además de ser un término engañoso (no hay novela sin ficción), él tampoco fue el primero en hacer esto, valga recordar obras como Hiroshima de John Hersey. Pero sí es cierto que (citando de nuevo a Gerald Clarke y su imprescindible biografía sobre Truman) "...nadie había llegado a escribir un relato verídico que pudiera leerse como una novela. Fue el primer novelista de talla que arriesgó su tiempo, su talento y s reputación en un reportaje tan largo..."

Y... entre tanto autor conocido, nunca está de más recordar Lillian Ross uno de los principales precursores del movimiento con dos obras que en su momento supusieron una auténtica renovación del periodismo How Do You Like It Now, Gentlemen? (1950), en torno a la vida de Hemingway, y Picture (1952) sobre la película de John Huston The Red Badge Of Courage.

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